La identidad corporativa es la cara visible de cualquier empresa. No importa su tamaño, al sector que se dedique o los años que lleve en el mercado.
Por eso, cuando se crea un elemento de identidad corporativa, como por ejemplo un logotipo, se debe plantear como algo intemporal y duradero en el tiempo. Sin embargo no suele ser así:
La mayoría de logotipos tienen fecha de caducidad.
Cada cuanto debo renovar mi logotipo (o imagotipo o isologo o isotipo)
Los tiempos cambian a velocidades vertiginosas: cambian los gustos, las modas, la demanda de productos, las necesidades de la población, etc.
Y con tanto cambio, es probable que nuestra identidad corporativa se quede obsoleta.
Sin embargo, eso no implica que cada cierto tiempo debamos cambiar radicalmente nuestro logotipo. Pero si que debemos tener en cuenta ciertos indicadores que nos advertirán de cuando nuestro logotipo, o identidad corporativa, necesita una ligera actualización (re-styling) o, en el peor de los casos, un cambio de look radical.
Nosotros recomendamos tener en cuenta estos aspectos ya que pueden ser muy buenos indicadores de que vuestro logotipo necesita un cambio parcial o radical:
Tengo un logotipo casero o poco profesional
Muchas empresas, sobre todo emprendedores o pequeños emprendimientos que están empezando optan por realizar su propio logotipo. Sin embargo, diseñar un logotipo no es tarea fácil. Y aunque lo pueda parecer, requiere de conocimientos teóricos de ilustración, de diseño, de comunicación, de marketing además de saber utilizar los programas adecuados para llevarlo a cabo con éxito y de manera profesional. Por eso, encontramos a muchas empresas que arrancan su negocio con un logotipo casero, poco atractivo, ilegibles, poco adecuados y difícil de adaptar a gigantografías, diseños impresos, miniaturas, etc.
Si arrancaste con un logotipo casero y quieres que tu empresa sea profesional, es muy probable que sea el momento adecuado para invertir en tu logotipo y profesionalizarlo.
Mi empresa ha cambiado
Las empresas deben estar en constante adaptación y cambio para no quedarse fuera del mercado.
Hay muchas maneras de cambiar, e incluso en ocasiones, las pequeñas empresas no son conscientes de sus cambios y sus adaptaciones constantes a la demanda y al mercado. Pero lo cierto es que nuestra empresa funciona diferente cuando empieza que cuando llevamos 2, 5 o 10 años en funcionamiento.
Esto no implica que cada pequeño cambio tenga que acabar con un cambio de identidad corporativa, pero si hemos tenido algún cambio significativo quizás sea el momento de plasmarlo en nuestra imagen corporativa.
Por ejemplo:
Si empezamos siendo una cafetería de barrio y ahora tenemos una cadena de locales o queremos franquicias nuestro negocio, es muy probable que debamos estandarizar nuestra identidad corporativa e incluso modernizar nuestro logo para que represente lo que ahora somos.
Si, por ejemplo, cuando empezamos nuestro negocio éramos una tienda de reparación de calzado y, con el tiempo, nuestra especialidad ha pasado a ser el diseño y la confección de zapatos a medida, deberemos adaptar nuestra identidad corporativa a nuestra nueva especialidad, ya que nuestro público potencial no será el mismo, así como nuestra esencia y valor añadido.
Si por ejemplo, empezamos siendo una pequeña empresa de venta de libros a domicilio, como es el caso de la conocida marca Avon, y con los años diversificamos tanto nuestro negocio que terminamos siendo una empresa de cosméticos puerta a puerta, es muy probable que necesitemos un cambio radical en la identidad corporativa, y en este caso, incluso en el naming de nuestra empresa.
Si nuestro negocio ha cambiado de dueños, por ejemplo, también es probable que necesitemos darle un cambio a nuestra identidad corporativa.
Quiero que me vean de otra manera
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Otro indicio de que necesitamos un cambio parcial o radical en nuestra identidad corporativa es cuando necesitamos hacer un lavado de imagen. Como por ejemplo:
- Si tenemos problemas de reputación. En este caso, primero habría que averiguar porqué hemos tenido un problema de reputación. Para ello podemos ayudarnos de un plan de comunicación on y off line, así como de encuestas de satisfacción. Aunque de todos modos, es muy probable que, si nuestra reputación no está muy dañada, nos ayude hacer un cambio parcial en nuestro logotipo.
- Si queremos cambiar de posicionamiento en la mente del consumidor. Por ejemplo, si éramos una empresa que se asociaba a productos caros y ahora hemos cambiado nuestras políticas de precios, nos será de gran ayuda realizar un cambio parcial en nuestra identidad corporativa para que transmita a nuestro público potencial lo que somos ahora, y por lo tanto, nos deje de asociar a una marca cara. En este caso, un plan de marketing, un plan de comunicación y un plan de reposicionamiento nos serán de mucha ayuda para cambiar la manera en que nuestro público potencial nos ve.
- Si estamos perdiendo cuota de mercado. En este caso, necesitaremos realizar un estudio de mercado detallado para averiguar porqué estamos perdiendo clientes y porqué los está ganando la competencia. Sin embargo, es muy probable que nuestra nueva estrategia requiera de un cambio de identidad corporativa.
Estos son algunos de los indicadores principales que nos avisan de que necesitamos un cambio de identidad corporativa. Aunque, en todos los casos, antes de tomar una decisión tan importante como es cambiar la identidad corporativa, deberemos estudiar en profundidad qué problema tenemos y qué queremos conseguir.
Lo que es seguro es que tener un logotipo, isotipo, isologo o imagotipo atractivo, profesional, bien desarrollado, versatil, que represente a nuestra empresa realmente: nuestros valores, nuestra esencia, y que nos permita contactar con nuestro público potencial es clave para asegurarnos el éxito de cualquier negocio que tengamos.