Si necesitas un logotipo para tu empresa o te estas planteando renovar la identidad corporativa de tu empresa, seguramente te interese saber qué te conviene mas ¿Un logotipo, un imagotipo, un isotipo o un isologo?

Pero primero necesitas saber las diferencias entre unos y otros, las ventajas y las desventajas.

La identidad corporativa es la representación física de la imagen de la empresa. Vulgarmente, nos solemos referir como «el logotipo» aunque en realidad, no tiene porqué ser así.

 

Qué diferencia hay entre el logotipo, imagotipo e isotipo

 

El logotipo:

 

Es la identidad corporativa creada únicamente por palabras. El ejemplo más universalmente conocido de logotipo es el de Coca-Cola, donde la marca se representa solamente con las palabras que conforman su nombre, un color y  una tipografía específicas. Pero no es la única marca que utiliza el logotipo como elemento principal de la identidad corporativa. Aquí tenéis otros ejemplos:

 

logotipo

 

     Ventajas: es fácil de leer, de comprender y de reproducir (si el nombre es fácil)

     Desventajas: Al no trabajar expresamente la forma simbólica, no facilita la recordación.

 

 

El isotipo:

 

Es la parte más simbólica de la identidad corporativa. Está formada por un símbolo que representa a la marca y que la hace fácilmente reconocible pese a que no dice textualmente el nombre de la marca. Este símbolo puede ser una letra, una ilustración literal, abstracta, conceptual, un signo, una señal… o cualquier elemento no literal que nos ayude a identificar la marca rápidamente. Nike, por ejemplo desde hace años trabaja prácticamente de manera única con su isotipo. Y no es la única. Aquí teneís algunos ejemplos más.

 

logotipo

 

     Ventajas: Al ser puramente simbólico es más fácil de recordar que el logotipo. Y si tiene una buena campaña de branding detrás, será un elemento de identidad corporativa muy potente.

     Desventajas: Si la marca no es muy conocida, será imposible asociar el isotipo a una empresa, a un nombre, a unos valores… en concreto.

 

 

El imagotipo:

 

Es la imagen corporativa formada por el logotipo y por el isotipo. Es decir, es la marca formada por la parte textual que escribe el nombre de la empresa y la parte simbólica que la representa e ilustra la identidad corporativa. La mayoría de las veces, cuando la gente habla de logotipos, se refiere a imagotipos. Hay mil ejemplos. Aquí tenéis unos cuantos.

 

logotipo

 

    Ventajas: Al combinar texto y símbolo, es fácil de leer, de comprender, de reproducir, de asociar, de recordar. Además permite trabajar y adaptar los elementos que lo componen (el logotipo y el isotipo de manera separadas) a las diversas aplicaciones de identidad corporativa, de publicidad, de branding…

    Desventajas: Si los elementos que lo componen (logotipo e isotipo) no están bien trabajados a nivel conceptual, si no son coherentes entre si o si se modifican o se usan por separado de manera aleatoria pueden desvirtuar la identidad corporativa hasta el punto de hacerla irreconocible para el usuario.

 

 

El isologo:

 

Es un imagotipo integrado. Es decir, es la combinación de logotipo e isoptipo (texto y símbolo) fusionado para formar la identidad corporativa. Encontramos un sinfín de ejemplos:

 

logotipo

 

    Ventajas: Si está bien trabajado, es muy potente, y es fácil de leer, de comprender, de recordar, de asociar…

    Desventajas: Los elementos que lo forman, logotipo e isotipo, no pueden utilizarse por separado ya que de este modo los elementos pierden todo el sentido. Además, si no hay un buen trabajo de diseño en la integración de los elementos pueden ser ilegibles.

 

Qué le conviene más a mi empresa: logotipo, imagotipo, isotipo o isologo

 

Si bien es cierto que el imagotipo suele ser la mejor opción ya que además de ser la más completa y la que nos proporciona más ventajas, nos permite adaptar la identidad de la marca a cada momento y a cada necesidad más fácilmente, la opción de identidad corporativa más adecuada dependerá de las necesidades individuales de comunicación de cada empresa, de sus valores, sus objetivos, su público, su cultura, su modos operandi, etc.

Por eso, antes de tomar una decisión precipitada sobre cómo será nuestra identidad corporativa, es necesario que nos hagamos las siguientes preguntas para definir qué opción nos conviene más:

 

¿Quienes somos?

La imagen corporativa es uno de los cimientos principales de cualquier empresa. Por eso es importante hacer un ejercicio de retrospección sobre la empresa desde el nivel más básico y plantearnos:

¿Cuál es nuestra esencia? ¿Qué hacemos? ¿Qué nos representa? ¿Cómo queremos que nos reconozcan? ¿Nuestro nombre es fácil de pronunciar y recordar?

Estas preguntas nos ayudarán a descartar algunas opciones. Por ejemplo: Si tenemos un nombre complicado y difícil de pronunciar debemos crear asociaciones simbólicas para facilitar el reconocimiento y la recordación. En este caso, el imagotipo y el isologo serán las mejores opciones.

En cambio, si tenemos un nombre corto, sonoro, sencillo,… un logotipo bien trabajado a nivel de imagen, formas, colores,… puede convertirse en un elemento muy potente y representativo. Del mismo modo que si una de las principales características de nuestra empresa es la sencillez, el logotipo puede ser el elemento de identidad corporativa que mejor nos represente.

Además, es muy importante plantearse sobre qué elementos, a priori, vamos a colocar nuestra identidad corporativa.

Esto, que en principio no se suele tener en cuenta nos ayuda también a tomar decisiones, puesto que, por ejemplo, si tenemos una joyería o trabajamos con piezas pequeñas, debemos tener en cuenta que el elemento de identidad corporativa no solo nos deberá representar, sino que además deberá poder plasmarse en elementos ultra-pequeños sin dejar de ser representativo, legible y reconocible. En este caso, un isotipo o un isologo con una parte simbólica sencilla pero clara y característica será una buena opción.

¿A quién nos dirigimos?

El logotipo debe representar a la empresa, pero también debe atraer a un público potencial determinado. Por eso, es fundamental saber a quién nos dirigimos:

¿Nos dirigimos a empresas? ¿clientes finales? ¿De dónde son? ¿Qué valoran? ¿Cómo se comportan? ¿Con qué se sienten representados? ¿Nos conocen? ¿Qué piensan de nosotros?

Por ejemplo: Si nos dirigimos a un público que valora más los aspectos visuales, la mejor opción será un imagotipo o un isologo. Sin embargo, si el público se rige más por el perfil «lector» el logotipo será una buena solución. Es muy importante conocer los insights que mueven a nuestros clientes potenciales, si se sienten más representados por aspectos más racionales o más simbólicos, ya que nos darán una pauta sobre el elemento de imagen corporativa que más nos identifique y relacione con él.

Si ya tenemos una identidad corporativa creada y no somos conocidos ni reconocidos por nuestro público y no se sienten identificados con nosotros será inútil trabajar únicamente con un isotipo, ya que difícilmente conseguiremos que asocien un símbolo a nuestra empresa. En este caso, quizás sea el momento de re-estilizar la identidad corporativa de manera que sea más reconocible por el público potencial. O de iniciar una gran campaña de branding.

¿Cómo es nuestra competencia?

Tampoco debemos perder el norte de nuestra competencia ya que nos servirá de referencia para saber la mejor manera de diferenciarnos de ella. No hay nada peor que le pueda pasar a una empresa que la confundan con la competencia.

Por eso, debemos plantearnos:

¿Qué tendencias de identidad corporativa hay en el sector en el que me muevo? ¿Qué nos diferencia de la competencia a nivel empresarial? ¿Podemos diferenciarnos en identidad corporativa?

Por ejemplo, en las revistas femeninas encontramos que la inmensa mayoría se representan únicamente con un logotipo. En este caso, si quisiéramos hacer una revista femenina radicalmente diferente, nos ayudaría para resaltar esas diferencias y para desmarcarnos de la competencia «romper» con la tradición del sector de utilizar únicamente un logotipo y utilizar por ejemplo un isologo.

Cada industria es un mundo y si nos dirigimos a un sector o industrias determinadas, deberemos estudiar qué lenguaje es el que rige la industria. Es el caso de la industria del automóvil donde no solamente prima el nombre sino que además prima un símbolo visual que lo identifique.

Como cada empresa es un mundo, lo más recomendable es dejar el diseño de la identidad corporativa en manos de expertos para conseguir la identidad que más represente a la empresa y que le ayude a crear una buena imagen de marca y un buen posicionamiento en la mente del consumidor. Y tener muy presentes los 6 requisitos que debe cumplir cualquier elemento de identidad corporativa

Además, una vez hayamos definido cuál es y será nuestra identidad corporativa, siempre es  muy conveniente tener un manual de identidad corporativa. Es decir, un documento donde se recogen las normas que siempre deben cumplir los elementos de imagen corporativa independientemente de donde se vaya a aplicar (impreso, web, en tarjetas, carteles, vallas, tazas, anuncios…) ya que nos dará  la pauta con todo lujo de detalles de cómo se pueden utilizar la identidad corporativa y evitará que un mal uso desvirtúe la imagen de la marca. Pero este, ya es tema para otro post 🙂

¿Conocías las diferencias entre un logotipo, un isotipo, un isologo y un imagotipo? ¿Te has planteado cuál es la mejor opción para tu empresa?

Si necesitas ayuda con tu estrategia digital, no dudes en escribirnos. Nuestro equipo estará encantado de ayudarte y asesorarte de forma personalizada.

Inspírate con nosotros

¿Te ayudamos ?

Somos tus socios estratégicos.

Escríbenos y te ayudaremos a llevar tu marca al siguiente nivel.

Pin It on Pinterest

Share This